Volvieron a ser chicos durante unas horas. Sebastián Garrocq hacía malabares de futbolista, como si tuviera la pelota atada al pie, Gustavo Porporatto le sacó una bici a una niña y se dio una vueltita por la cancha, Leo Patti "adoptó" a Carlitos, un chico que le pegaba a la pelota con los puños y eso mataba de risa al receptor punta, si hasta Qique Valle, el manager de UPCN, se animó a enseñarle algunos movimientos a unos periodistas. La clínica de voley que dio UPCN en el departamento Angaco, ubicado al Norte del Gran San Juan, fue un momento inolvidable para los jugadores y para los chicos del lugar, que se dieron un gustazo. Se generó un clima tan especial, que los chicos terminaron a los abrazos y a los besos con los jugadores, con esa simpleza y sinceridad que sólo lo permite la inocencia. Fue la primera vez que el plantel de Liga se acercó a un departamento alejado para dar una clínica y fue para aprovechar la semana en la que queda libre.
Sucedió en la mañana de este martes en el Polideportivo del Camping Municipal de Angaco, donde se armaron tres canchitas. Con la conducción de Fabián Armoa, los jugadores se dividieron y hablaron del saque y la recepción, luego de que los chicos preguntaran desde los nombres hasta la estatura de los jugadores. Después, se hicieron mini partidos y en el final, la prueba de fuego. Cada uno de los chicos tenía que intentar embocar una pelota en un canasto, pasándola sobre la red, cuyo premio iba a ser una pelota de voley. Y aunque varios estuvieron muy cerca, no hubo un afortunado, en el momento más "tenso" de la jornada. Igual, el cuerpo técnico donó unas pelotas oficiales nuevas.
"Es muy lindo salir a lugares un poco alejados y compartir estos momentos. Siempre digo que esto debe hacerse siempre y seguido. A mi me encanta venir y pasar un lindo momento con los chicos", dijo Leo Patti.
En la clínica también estuvieron el intendente de Angaco, Víctor Fernández, y José Pepe Villa, presidente de UPCN Voley Club y vicepresidente 1ro. de ACLAV, quien agradeció al plantel por su predisposición y a los chicos de Angaco les dijo que "siempre hay que ponerse objetivos y pelear para conseguirlos, incluso hasta el último momento".
Después, los jugadores y los niños compartieron unas facturas y gaseosas en una mañana hermosa, en un lugar bellísimo, y después de un momento que "reconforta el alma", como confesó Gustavo Porporatto.
Redacción e Imagen: Prensa UPCN Voley Club

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